La desordenada psicología humana en El Gabinete del Dr. Caligari (Wiene, 1920) y Shutter Island (Scorsese, 2010)

 Para una materia de la facultad, de manera evaluativa se me pidió realizar un análisis comparativo de las películas Das Cabinet des Dr. Caligari (El Gabinete del Dr. Caligari), dirigida por Robert Wiene en 1920 y Shutter Island (La isla siniestra), dirigida por Martin Scorsese en 2010. He aquí el resultado de esa puesta en relación. 



La desordenada psicología humana en El Gabinete del Dr. Caligari (Wiene, 1920) y Shutter Island (Scorsese, 2010)

por Martina Bastard

(escrito en nov. de 2023)





Cuando primero puse en relación a las películas El Gabinete del Dr. Caligari (Wiene, 1920) y Shutter Island (Scorsese, 2010), las primeras palabras en común entre ambas que vinieron a mi mente fueron “hospital psiquiátrico”, “experimentos y conspiraciones” y “crímenes psiquiátricos”. El hecho de que estas palabras hayan sido mis primeros puntos de relación, es interesante para analizar siendo que una de las películas explicita desde un principio la presencia de estos conceptos pero la otra no lo hace hasta el final. El Gabinete del Dr. Caligari no trata sobre hospitales psiquiátricos, experimentos ni personas con trastornos psiquiátricos, así como lo hace Shutter Island. Por el contrario plantea una historia de terror de un sonámbulo, personaje fantástico, que asesina gente en un pueblo. Entonces, ¿por qué lo que más perdura en mi mente como espectadora es esa noción psiquiátrica? ¿Cómo opera esto en ambas películas?, lo cual las relaciona y las hace interesantes sujetos de análisis. Estas preguntas intentaré responder en este ensayo analítico y comparativo de dos películas, alejadas en el tiempo de producción, que remiten constantemente a la otra, sin tener una relación adaptativa explícita. 


Primeras escenas


Empecemos estableciendo un hecho, que resulta irónico y contradictorio para mi primera declaración: el tema de la psiquiatría y el hospital psiquiátrico como establecimiento se presentan en ambos filmes, desde un principio. Anteriormente dije que esto no ocurría en El Gabinete del Dr. Caligari, entonces, ¿cómo es que se establece desde un principio? Sencillamente se debe a que el mismo principio del filme devela el final, aunque el espectador no lo sepa. Empezar un análisis hablando del final puede resultar un tanto acelerado, pero es totalmente pertinente en el caso de estas dos películas, siendo que es su final lo que sostiene la construcción que se realiza a lo largo de los largometrajes. Tanto el Gabinete del Dr. Caligari como Shutter Island, construyen hacia arriba sus finales, desde el mismísimo primer plano, en el cual nos entregan diversas informaciones que son reveladas y entendidas en distintas partes de la historia. Esto lo logran siendo que confían en el espectador, en su viveza pero también en su ignorancia. Al principio, sin conocer de qué irá la película, no podemos comprender la totalidad de los indicios que se nos dan, de otra manera no funcionarían como indicios. Entonces cuando se nos presentan dos hombres hablando cotidianamente en lo que podría ser un parque, como es el caso de Caligari, aceptamos esto como hecho factible que se irá construyendo y no dudamos de su veracidad. Claro está, al terminar el visionado del filme, que esa “sencilla” primera escena, está cargada de informaciones sobre el final. Recién al final entendemos que Francis realmente es un paciente internado en el hospital que está relatando la historia de sus delirios y que la mujer que cruza, Jane, también lo es.  En el caso de Shutter Island, una vez que conocemos el final de la misma, comprendemos por qué Edward le tiene fobia al agua (porque la mujer ahogó a sus hijos), cuestión que se plantea desde la primera escena y que como espectadores de primer visionado, por ende ignorantes, tomamos como una simple información que puede o no ser relevante más tarde.  “Fue el humo lo que la mató, no el fuego; eso es importante”, dice Daniels aquí en esta primera escena y cuando escuché esta frase por primera vez, sentí que, por la forma en que se estaba diciendo, era un guiño a mi como espectadora de que debía prestar atención a esa información porque sería importante. Sin saber nada del universo al que me adentraba, lo único que podía hacer era suponer. Supuse que en la película se desarrollaría la muerte de su mujer y que había algo extraño, relacionado con el accidente. Eventualmente me olvidé de ese diálogo y resultó ser, por supuesto, que esa línea insinuaba e indiciaba el final, pero no había forma de que yo lo supiera. Esta relación de poder en cuanto a retención de información que tienen ambos filmes, sostiene el interés del espectador, ya que lo carga de interrogantes que, al responderlos, resulta fascinante. 



¿El desorden del orden o el orden del desorden?


Tanto el Gabinete del Dr. Caligari como Shutter Island tienen una estructura narrativa muy interesante en tanto a su aparente pero falsa linealidad. Caligari comienza como un relato enmarcado, en el que Francis le cuenta al viejo sobre el misterioso doctor Caligari y los crímenes que cometió. Es decir, se empieza con un orden, una realidad inalterada que se ve alterada por un suceso (la llegada del dr. Caligari). A partir de aquí la historia se desarrolla linealmente, los asesinatos y la investigación que se lleva a cabo. Cuando los personajes llegan al hospital, comienzan los flashbacks que explican que Caligari es el director del mismo y que está realizando experimentos con Cesare. Como espectadores entendemos y aceptamos esto como flashback, pero más adelante comprendemos que en verdad no lo son ya que no son hechos reales, sino que son fragmentos de la historia que inventó Francis. Básicamente en la película, este orden inicial termina rompiendo el orden de quienes van a solucionar su desorden, para descubrir que desde el principio no había tal orden. A lo que me refiero con este complicado enunciado es que la película plantea un orden, una realidad verosímil que intenta hacernos entrar en su lógica, para después romperla y mostrarnos que todo eso en lo que caímos era una farsa. Es un juego de engaño al espectador que resulta sumamente atractivo pero que solo funciona con una buena construcción inicial. En Shutter Island la lógica es la misma pero llevada a un extremo ya que nunca se construye una historia enmarcada. En este caso, todo el desorden cronológico y verídico se construye en flashbacks confusos, sueños y momentos oníricos. La película empieza con un orden que ya se alteró, la huida de Rachel del hospital psiquiátrico, pero sus personajes principales comienzan en aparente orden, más allá de la lucha interna de Edward. Él cree estar en orden y que solo va a solucionar el desorden de alguien más. El descubrimiento es que en realidad el hospital sí está en orden, él que no lo está es el. El Gabinete del Dr. Caligari va variando su cronología casi en su mayoría con flashbacks para hacernos entender lo que ocurre y para develar el misterio, pero Shutter Island disfruta de confundir las líneas entre flashback, sueños y  delirios. Edward en una habitación incendiada con su mujer hecha cenizas, ¿es real o es una imaginación? La película se toma estas libertades de verosimilitud para confundirnos y construir los cimientos de una realidad que parece tambalear. En el Gabinete del dr. Caligari, podemos encontrar un momento similar, que entendemos como real pero que tiene un tinte onírico, que es dentro del flashback en el cual Caligari conoce a Cesare y quiere convertirlo en su sujeto de prueba. Ambas películas utilizan a su favor las líneas temporales confusas, montajes vertiginosos y efectos especiales, para dar potencia a lo que más tarde describiré como los laberintos mentales de los personajes.


Investigadores criminales y criminales inocentes


Ahora bien, esta estructura escalonada y vertiginosa, se relaciona estrechamente con los géneros y tonos que buscan alcanzar ambas películas. El Gabinete del Dr. Caligari es una de las grandes películas de terror mudo de la historia, género al cual le hace mucha honra con su tono siniestro y la apariencia de sujetos sobrenaturales. Hay una cuestión de fantasía, en relación a la figura del sonámbulo y las profecías. Pero en su desarrollo plantea, creo yo, una lógica más bien policial con la investigación de los crímenes, sin perder lo terrorífico. Esto se asemeja más a lo que instala Shutter Island en la primera parte del filme, con la llegada de los investigadores al hospital con la misión de encontrar a Rachel. Caligari  retoma hacia el final el terror puro. Shutter Island plantea una noción sobrenatural y misteriosa que se entrelaza con lo policíaco, que busca indiciar la presencia de algo extraño en el hospital. A medida que la investigación se vuelve más compleja y que los personajes se meten de lleno en el misterio, la historia se torna más fantástica y confusa, adoptando un tono más relacionado al terror.

Las dos películas, en cuanto a géneros y tonos, van moviéndose dinámicamente, sin encasillarse en una sola cosa, con el objetivo ya tan desarrollado de construir una gran confusión que sorprenda al espectador. ¿Qué estoy viendo? ¿La historia de un Dr que se volvió loco y mata gente? ¿O realmente su paciente lo está imaginando todo y el Dr es inocente?


¡Esto es una conspiración!


Sigamos con las preguntas planteadas en el anterior subtítulo, ¿qué estamos viendo? ¿De qué tratan estas películas? Porque como decía, que opten por estructuras no lineales, tiene que ver con una búsqueda genérica pero también temática. Al principio hablaba de las palabras que más resonaron conmigo cuando puse en relación ambas películas, términos que hacen referencia a temas que comparten. Es por esto que quería dedicar un espacio de este análisis para poner en comparación estas similitudes temáticas para comprender su funcionamiento y efectos. 

En cuanto a premisas generales, hablando justamente en rasgos generales, ambas historias difieren: El Gabinete del dr. Caligari nos presenta un doctor que con ayuda de un sonámbulo asesina a la gente del pueblo y Shutter Island nos presenta a dos investigadores que van a un hospital psiquiátrico en búsqueda de una paciente que escapó. La única coincidencia que tal vez podríamos establecer es que ambas se mueven en una línea de insanidad y de crimen. A medida que ambas avanzan, nos encontramos con que sus personajes principales se encuentran en una batalla, más o menos extendida, con sus monstruos internos y con realidades que crearon para resguardarse de la realidad. Edward creó toda una realidad en la que Shutter Island es una isla donde se realizan experimentos en los pacientes, dónde todos los médicos son mafiosos, dónde su esposa falleció por un accidente y dónde él es el héroe. A su vez, Francis creó una realidad en la que el director del hospital es un asesino que manipuló a un pobre paciente para experimentar con él y en la que su compañera es su prometida. Es evidente que ambos personajes tienen trastornos psicológicos por los cuáles se encuentran en sus respectivas instituciones. Incluso las realidades que crean, son muy parecidas entre sí. Ambas involucran conspiraciones gubernamentales o institucionales, experimentos en pacientes, muertes y dolor. Ambos personajes, en su delirio, se llevan a la tarea de derribar estas conspiraciones y develar la maldad de los médicos, pero en realidad luchan contra un enemigo falso, o más bien su enemigo son ellos mismos. La diferencia está en los motivos de este invento de realidad y en la lucha al respecto. En Shutter Island, el por qué del delirio de Edward está más que explicado, en aquellas escenas en las que conocemos cómo realmente murió Dolores y en las que el Dr Cawley vuelve a explicarle a Daniel su situación. Entendemos que Edward creó esta realidad para defenderse de lo que realmente ocurrió y a su vez lo vemos luchar contra sus ilusiones. Él está constantemente en batalla con sus demonios internos e intentando salir del trauma, con ayuda de sus médicos, quienes crean toda una simulación para salvarlo de la operación. Por otro lado, desconocemos los motivos de la invención de Francis, no sabemos por qué creó esta realidad, desconocemos qué trastorno tiene y tampoco vemos que luche, ya que desconoce su condición. Así y todo con estas diferencias, el efecto logrado es el mismo. Cuando llegamos al momento de la revelación, no solo nos sorprendemos con este giro y con la falsedad de todo lo que vimos (en el sentido de que fuimos engañados con lo que creímos era real), sino que empatizamos con estos dos hombres que están enfermos. En mi caso empaticé muchísimo con los médicos también, quienes fueron colocados en el lugar de villanos por la mayor parte del relato, de manera tal que el espectador llega a odiarlos y desearles el mal, cuando realmente solo buscaban ayudar a sus pacientes.





Las novias fantasmas



Por último, en ambas películas, hay tres mujeres que ocupan roles importantes en las realidades inventadas por estos hombres. Con similitudes y diferencias, Jane, Dolores y Rachel moldean el delirio de Edward y Francis, confundiendo constantemente al espectador. En las dos escenas iniciales, aparecen los dos intereses amorosos de los protagonistas, de manera peculiar. Tanto Jane como Dolores, aparecen de manera fantasmagórica, pasando como un flash. En El Gabinete del Dr. Caligari, Jane pasa caminando físicamente frente a él, pero su vestimenta, su ritmo de caminata y la iluminación la hacen lucir como un fantasma, cuestión que indicia su rol a lo largo de la película. En Shutter Island, en cambio, Dolores aparece en un flashback donde comparte un momento tierno con Edward. Ambos hombres, con este aparecer de las mujeres, mencionan su amor por ellas y hablan un poco de su realidad. Por supuesto que cuando hablo de realidad me refiero a lo que ellos consideran como realidad, siendo que Jane no es la prometida de Francis, y si bien el recuerdo de Dolores puede haber sido real, intenta mostrarla como alguien buena y angelical, lo cual se prueba como falso hacia el final. A lo largo del desarrollo de ambos filmes, la potencia de estas mujeres difiere. En Shutter Island, la figura de la esposa es mucho más fuerte, siendo que ella es parte esencial de la locura de Daniels, mientras que en Caligari es tan solo un componente, una subtrama de romance que durante el desarrollo no atrapa mucho o no resulta relevante a simple vista. Jane solo aparece como interés amoroso, la damisela en apuros a quien debe rescatar Francis, hasta el final cuando se revela que es también paciente del hospital y se convierte en un sujeto más importante que evidencia la ilusión de Francis. En Shutter Island, Dolores ha fallecido y aparece en forma de espíritu en flashbacks y sueños de Daniels. Él la relata durante la película como su gran amor que murió trágicamente y la contrapone con otra figura, la de Rachel Solando, la prófuga que mató a sus hijos. Este contraste se sostiene, de la “buena y mala” mujer, pero, hacia el final esto también se da vuelta, mostrando que realmente fue Dolores quién mató a sus hijos y fue asesinada por Edward. Rachel no era más que la enfermera que atendía a Daniels, quien en pos de proteger sus recuerdos traumáticos, intercambió para cuidar en ellos a Dolores, desmintiendo su crimen. Incluso Rachel aparece interpretada por distintas mujeres y su figura es la que más tambalea, revelando la desestabilización de la mente de Edward. 




Tanto Edward como Francis cambian el rol de las mujeres que aman para hacerlas ver “inocentes” e indefensas, cuando ambas tienen sus propios problemas y en el caso de Dolores, no es inocente. Estas tres mujeres vienen a representar que incluso aunque estos hombres se encuentran sumidos en sus trastornos, conservan su humanidad y su capacidad de sentir amor, ya que en sus falsas realidades ellas siguen ocupando lugares de afecto, mientras que el resto de las personas se colocan en lugares más negativos. 


La laberíntica mente


La dualidad de la naturaleza humana y la subjetividad de la percepción de la realidad son conceptos explotados al máximo en estos dos filmes, donde se discute qué es real, hasta dónde puede llegar la imaginación y también cuestionan si la imaginación debe ser curada y cómo. Narrativa y temáticamente estas películas son laberintos, podríamos decir que son los laberintos mentales de sus protagonistas, sus confusiones, sus certezas. Gracias a las técnicas empleadas, a las estrategias narrativas, sus guiones, y con 90 años de diferencia, El Gabinete del Dr. Caligari y Shutter Island llevan al espectador por el laberinto mental que implica la humanidad y lo enfrentan a un acertijo que parece no tener fin. 






Filmografía: 

  • Wiene, Robert. 1920. Das Cabinet des Dr. Caligari. UFA.

  • Scorsese, Martin. 2010. Shutter Island. Paramount Pictures


Agradecimientos a: la cátedra de Historia del Cine II, especialmente a Fernando Martín Peña.

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